Hoy se celebra el día Mundial del Agua, un elemento de la naturaleza fundamental para el desarrollo, sostenimiento y reproducción de todo tipo de vida en el Planeta Tierra. Pero eso ya lo sabemos. Lo que no sabemos y nos preocupa es que un tucumano consume un promedio de 300 litros de agua por día. 100 litros más que ciudades como Nueva York o Tokio, según un estudio en 2018 de la fundación Miguel Lillo.
El desperdicio de este bien finito por parte de las industrias y grandes urbes de la provincia nos alarma y también interpela a la deficiencia del servicio brindado por parte de la empresa responsable: hay una evidente falta de equidad en la distribución del agua. Mientras ciudadanos lavan su auto, riegan, tiran la cadena, etc. con agua potable (algo impensado en muchísimos lugares del mundo, donde hay tecnologías que reciclan este bien), otros vecinos pasan días y días sin agua.

Pero no solamente se trata de culpar al sistema. Se trata de incorporar hábitos más amigables con el medio ambiente en nuestra rutina diaria, para que las consecuencias negativas sean menores y el impacto, al menos en pequeñas zonas como barrios, se note. Pensemos en Tucumán como una provincia generadora de agua y, por lo tanto, hay una responsabilidad colectiva de cuidarla. ¿Cómo? Cerrando el caño o la manguera mientras no la usemos, juntar agua de lluvia para riego (vamos, es fácil), bañarnos en menos tiempo (porque muchos se relajan bastante en la ducha), llamar la atención ante pérdidas de agua en la calle o lavaderos clandestinos, denunciar cuando arrojan basura a canales, ríos, cauces… ¿Cuántas más se nos vienen a la cabeza?
En el Día Mundial del Agua nos hagamos responsables de este problema. Preguntate a vos mismo qué podés hacer desde tu lugar como ciudadano: hablá, actúa, llamá la atención e imaginate un futuro (tu futuro) con escasez de este bien: cómo te sentirías, a qué te cosas que no te gustan te deberías acostumbrar, cómo vivirías diariamente…