Cuando empezamos a formar Meta Tucumán, Paula nos contó un día desesperanzada que había pasado algo que hacía que le costara mucho seguir apostando a nuestra idea de construir comunidad: ¡Se habían robado los tronquitos!
Era necesario remover un viejo árbol del fondo de su casa, así que plantó tres más y decidió cortar el tronco de aquél árbol y colocar asientos en la parada del cole más cercana. Sin embargo, por la noche, alguien vino y se los llevó. Incluso la cámara de seguridad de un vecino los había captado in fraganti.
Se armó un gran debate en el grupo, algunos decían que se los habían robado, otros que no se había dado el mensaje apropiado.
Decidimos entonces hacer nuestro PRIMER EXPERIMENTO SOCIAL (lo buenísimo es que haremos un montón, y Uds. también podrán hacer los que quieran y los publicaremos).
El experimento buscaba constatar si, al colocar un mensaje e identificar a los tronquitos como asientos provistos por otros ciudadanos, los transeúntes no se los llevarían.
Algunos miembros de Meta sostenían que igual se los llevarían, otros decían que no, que la comunicación lo era todo, y otros que decían que se llevarían los que no tuvieran mensajes.
Pusimos como fecha objetivo 15 días. Si los tronquitos sobrevivían esos 15 días, el experimento había tenido éxito, ya que sin dejar mensajes no habían pasado una sola noche.
Juan Carlos consiguió nuevos tronquitos, Luciano armó los cartelitos y trajo martillo y clavos, y Paula – una máquina de laburar – se calzó el barbijo de Meta y presentó el experimento.
A nuestros hijos les encantó montar todo.
El resultado fue maravilloso y alentador:
Los Tronquitos no sólo sobrevivieron los 15 días objetivo, sino que aún siguen allí, en la parada del colectivo sirviendo como asiento para aquél tucumano o tucumana que los necesiten, de los ciudadanos para los ciudadanos.
Para nosotros fue pura ESPERANZA. Esperanza que con comunicación, educación y empatía, podemos cambiar las cosas en Tucumán.